La sección explora el subjetivismo como una perspectiva opuesta al objetivismo en la filosofía del conocimiento. Mientras que el objetivismo enfatiza que el conocimiento se fundamenta en el objeto, el subjetivismo busca establecer el conocimiento humano en el sujeto. No obstante, este sujeto no se refiere a un individuo concreto, sino a un sujeto trascendente, superior.
Un ejemplo de transición del objetivismo al subjetivismo se observa en San Agustín y la influencia de Plotino. San Agustín situó las Ideas platónicas en el Espíritu divino, considerando las esencias ideales como contenidos lógicos de la razón divina y pensamientos de Dios. En consecuencia, la verdad ya no se basa en un reino de realidades suprasensibles, sino en una conciencia, en un sujeto. El conocimiento no se enfrenta a un mundo objetivo, sino que se dirige hacia este sujeto supremo, desde el cual la conciencia cognoscente obtiene sus contenidos. Con estos contenidos, la razón construye su edificio de conocimiento, fundado en lo absoluto, es decir, en Dios.
En la filosofía moderna, la idea central del subjetivismo se encuentra en el neokantismo, particularmente en la escuela de Marburgo. En esta interpretación, el sujeto en el que se basa el conocimiento no es un sujeto metafísico, sino una "conciencia en general", que abarca las leyes y conceptos supremos del conocimiento. Estos medios permiten a la conciencia cognoscente definir los objetos, concebidos como producciones del pensamiento. En contraste con la posición de San Agustín, en la teoría de la escuela de Marburgo, el concepto y la realidad se fusionan, y todos los objetos son productos del pensamiento, sin existencia independiente.
Se resalta que el subjetivismo puede coincidir tanto con el realismo como con el idealismo, dependiendo de su contexto. Por lo tanto, esta perspectiva no necesariamente conlleva una decisión metafísica, sino que representa una solución premetafísica. En definitiva, el fragmento expone cómo el subjetivismo se contrapone al objetivismo, centrándose en la importancia del sujeto como fundamento del conocimiento, y cómo esta visión ha evolucionado a lo largo de la historia filosófica.